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LA BODEGA DEL MES
Maior de Mendoza, la madurez del albariño
Por Enrique Calduch
En el año 1988 se constituye la denominación de origen Rías Baixas. Aún no han cumplido 30 años en los que en buena medida se han dedicado a encontrar su propio camino, definir sus vinos, buscar crecer en calidad. Primero fueron vinos jóvenes, basados fundamentalmente en la autóctona uva albariño, sorprendiendo por su franqueza y su frescura. Luego se buscó ver que tal les iba con la madera, fermentados o criados en barrica; y se certificó que esta uva y la madera se odian. Prueba y error, aunque todavía se sigue intentando, ahora de forma más sutil. Luego llegó la crianza sobre lías, o restos de la fermentación que permanecen durante un tiempo con el vino, dándole más complejidad en nariz y más peso en boca; y aquí acertaron de pleno. Ahora están saliendo a relucir los viñedos viejos, uvas de mucha calidad, comprobando como evolucionan muy positivamente en botella.
Desde el punto de vista comercial y organizativo tres cuartos de los mismo. Al principio el debate surgió si se sacaban los vinos antes de navidad o después. Luego como arrancaron con mucha fuerza, todo el mundo se puso a plantar y elaborar albariño, trasformando sus cultivos, sobre todo de kiwi, que habían prendido muy bien, en viñedos. Los precios de las uvas se pusieron por las nubes, a 600 pesetas de entonces. Luego exceso de producción pero sin mercado suficiente para adsorberla. A continuación inversiones en marketing y comerciales, claro, con la mala suerte de un par de cosechas muy bajas de producción, y muy poco que comerciar.
Hace ya unos cuantos años que todo se equilibró, que se exporta bien; que lo precios a pesar del terrible minifundio, son razonables; que Rías Baixas se puede decir que ha entrado en la madurez. Y como gran ejemplo de esa madurez está la bodega Maior de Mendoza.
Quizá se deba a que son pioneros, porque fue en 1976, doce años antes de la fundación de la D.O., en que José Barros, de Vilagarcía de Arousa, se hace con 12 hectáreas de terreno en el valle del Salnés donde planta en emparrado tradicional sus cepas de albariño, que hoy día da gusto ver con esos troncos grandes y robustos de viñas viejas. En otras zonas controlan unas 17 hectáreas más lo que les convierte en una bodega de buena producción para lo que es la zona, siempre atomizada. Barros es un apellido clave en el mundo de Rías Baixas, impulsor y primer presidente de la cooperativa de Vilariño-Cambados, hoy Martín Codax. Posteriormente funda su propia bodega y en la actualidad, con 83 años, sigue al timón, eso sí, apoyándose en su hijo Marcos que en gran medida dirige la firma.
La bodega dispone de unos vinos base, realmente ricos como Fulget y Maior de Mendoza maceración carbónica; un semiseco muy agradable que se llama Sex Appeal y dos vinos de alta gama, que son Maior de Mendoza 3 Crianzas, porque pasa nueve meses de crianza en depósito sobre lías, cinco en depósitos ya limpios y otros cinco en botellero antes de salir al mercado y el Maior de Mendoza sobre lías, con una crianza de tres meses.
