LA BODEGA DEL MES
Bodegas Marqués de Cáceres
Por primera vez en Ecuador y en exclusiva para los socios del Club Vinospaña, tenemos el placer de presentarles Excellens Cuvée, el vino de gama superior, creado para la alta gastronomía, de la mundialmente famosa bodega Marqués de Cáceres.
Orígenes de la bodega
Enrique Forner fundó en 1970 Marqués de Cáceres, Unión Vitivinícola, S.A., una alianza histórica entre una familia emprendedora dedicada al mundo del vino y los mejores terroirs y viñedos de la Rioja Alta.
Fruto de su larga experiencia en Francia y más especialmente en Burdeos con la propiedad de dos Chateaux, revolucionó el concepto del vino de Rioja con un modelo empresarial enfocado exclusivamente en la calidad. Una obsesión que hoy sigue siendo el leitmotiv de Cristina Forner, la cuarta generación de esta familia del vino.
Enrique Forner, padre de Cristina, comerció con vinos desde niño. Su abuelo y su padre fundaron en 1920 ‘Vinícola Forner’, un negocio familiar dedicado a la producción, comercialización y exportación de vinos en Sagunto (Valencia).
Exiliado a Francia con la Guerra Civil, Enrique fundó en 1952 un negocio similar en los Valles del Ródano y del Loira (Francia) y en 1963 compró dos chateaux grand crue classé en el Haut Medoc (Burdeos) –Château Camensac y Château Larose Trintaudon– convencido de que sería capaz de elaborar algunos de los mejores vinos del mundo.
Regresa a España en 1968 y, como un siglo antes bodegueros y negociantes bordeleses eligieron Rioja huyendo de la filoxera, optó por Rioja y Cenicero, el corazón de La Rioja Alta, para continuar su gran sueño.
Enrique Forner recurrió a su amigo, el profesor Emile Peynaud, auténtico revolucionario del cultivo y la elaboración del vino de Burdeos en los años 70 y 80, para impregnar Rioja de ese mismo espíritu renovador.
El bodeguero, asesorado por Peynaud, aplicó las nuevas técnicas de cultivo y elaboración con las que su amigo estaba triunfando en Burdeos: control de viñedos, selección de uvas, elaboración en frío para extraer los aromas primarios, crianza en roble francés nuevo y seminuevo, y largos afinados en botella para potenciar las grandes virtudes del tempranillo en Rioja, es decir, la finura y la elegancia.
La consolidación de un modelo
Marqués de Cáceres sacó al mercado en 1975 sus primeros tintos, el Crianza de 1970 y el Reserva de 1968, primer vino que elaboró en bodega ajena antes de edificar sus propias instalaciones en 1970.
Frente a los ‘clásicos’ Riojas dominados por la madera al borde de la oxidación, Enrique Forner presentó unos Riojas vivos en los que la fruta sobresalía por encima del roble, pero respetando tanto la tradicional composición multivarietal dominada por el tempranillo y la vocación de larga guarda de los grandes vinos del mundo.
Renovó también los blancos y rosados a los que alejó de la madera para ofrecer plenas sensaciones de juventud, aromas y frutas. En 1980 reorganizó la red de distribución comercial en España y Marqués de Cáceres llegó a las mesas de todos los rincones del país.
En los años 90 una corriente renovadora se impone en Rioja. Jóvenes enólogos y bodegueros se inspiran en Burdeos, como 20 años antes había hecho Enrique Forner, para trabajar el ‘terroir’, el viñedo, y obtener perfiles diferentes a los tradicionales Riojas. Marqués de Cáceres, asesorado por Michel Rolland, el enólogo más influyente del momento en Burdeos, puso en marcha su : la calidad de los vinos.
En 1996 se inaugura la tercera nave de vinificación exclusiva para los vinos top y en 1999 se lanza Gaudium de la añada 1994, que abre una nueva línea de vinos de Marqués de Cáceres.
Más de una década después aparecerá la gama Excellens, aprovechando los viñedos más antiguos de Cenicero de proveedores originales de 1970 que emprendieron la aventura con Enrique Forner y la mayoría de los cuales, o sus descendientes, continúan hoy con nosotros.
Excellens va orientado a la alta restauración, en una línea moderna, exclusiva, que presentamos por primera vez en Ecuador.

