LA BODEGA DEL MES
Pazo Señorans
Marisol Bueno, La Dama del Albariño
Por Enrique Calduch
Siempre ha estado a la cabeza de la denominación de origen Rías Baixas, y además de varias maneras. Una como fundadora de esta zona vinícola y como presidenta de la denominación durante 21 años; y la otra al frente de una de las bodegas más punteras, Pazo de Señorans, que supo dar con la fórmula del envejecimiento entre lías, un sistema por el que los vinos blancos de Albariño son capaces de evolucionar maravillosamente durante 10 años, o más. Marisol Bueno, conocida como la Dama del Albariño, sigue siendo el referente obligatorio para entender la denominación de origen más poderosa de vinos blancos de este país.
En el Pazo de Señorans, una deliciosa casa y finca del siglo XVI, ubicado en pleno valle del Salnés, en la provincia de Pontevedra, Marisol, junto con su enóloga de toda la vida y una de las más prestigiosas del país, Ana Quintela, preparan una cata vertical para un grupo de periodistas especializados, de su Selección de Añada, su vino de bandera. Se empieza por uno de 1999, y la bodeguera sonríe con satisfacción al escuchar las exclamaciones de los críticos ante un vino blanco de 11 años, que sin haber tocado ninguna barrica, está en plenitud, elegante, entero y potente. Probablemente en su imaginación estaba rememorando todos los pasos que había dado para llegar hasta aquí.
Marisol Bueno es licenciada en biológicas y está casada con Javier Mareque, un prestigioso médico pontevedrés, al que en el año 1979 se le ocurrió la idea de comprar el Pazo de Señorans. Una finca de 10 hectáreas y casona no se podía mantener sola; así que era necesario ponerla en producción, y plantaron kiwi, como casi todo el mundo porque se da muy bien en el Salnés; y Albariño, lo que quiere decir que sus viñas más viejas tienen unos 30 años. Las uvas se las vendían a un bodeguero amigo, Benito Vázquez, un adelantado de la época que había aprendido en Portugal nuevas técnicas para elaborar los blancos. A principio de los ochenta había mucho movimiento en la zona vinícola. A diferencia de otras denominaciones gallegas, en Pontevedra habían conservado la variedad tradicional, la Albariño, y la posibilidad de hacer buenos vinos con una personalidad distinta flotaba en el ambiente.”En aquella época estaban todos peleados, explica Marisol Bueno, unos bodegueros con otros, los del Salnés no querían que entraran los del Miño, es decir las subzonas de Rosal y Condado; estos tampoco, de entrada, querían saber nada. Yo estaba en la comisión como viticultora, no como bodeguera; y de repente, quizá por mi actitud pacificadora, en noviembre del 86, me nombraron presidenta del Consejo Regulador, la primera que tuvo, y acepté”.
Nadie imaginaba que iba a pasar 21 años en el mismo cargo, e iba a convertir la denominación de origen en un emporio. Es para imaginarse el lío. Una señora “bien” de Pontevedra al frente de un grupo donde había de todo, pero mucha gente muy apegada, probablemente demasiado, al mundo rural, podía ser una bomba de relojería; pero no lo fue.”Yo me encontré bien, quizá por ser mujer se suavizaron las peleas, comenta Marisol Bueno, yo tengo mano izquierda y además trabajé un montón, hubo que ir pueblo por pueblo convenciendo a la gente, registrando los viñedos que con el monocultivo local era una barbaridad, enseñar a la gente a catar, hacer un reglamento riguroso. Para poner el nombre a la denominación también hubo problemas. Al final nos decidimos por Rías Baixas, que englobaba a todos; aunque con mucha oposición porque decían que era el nombre de un tren”. La presidenta ganó todas las elecciones a las que se presentó, cinco, y al final en 2007, por decisión propia, abandonó el Consejo Regulador. “No es bueno estar tanto tiempo, analiza, y al principio estaba como despistada; pero luego representó un descanso, y eso viene bien para concentrarte más en tus vinos”.
Aunque la verdad es que siempre ha estado concentrada, por eso el éxito de la marca Pazo de Señorans. Los inicios de la denominación de origen Rías Baixas fueron muy buenos. Había poca producción de vinos muy ricos, diferentes, con aromas a heno, fruta fresca, florales, una excelente acidez y estructura en boca. Se vendían sobre todo en Galicia, y lo consumían los autóctonos y veraneantes. Pronto corrió la voz que eran vinos muy buenos y empezaron a venderse por toda España, pero las pequeñas bodegas no tenían estructura, ni comercialización; y hubo que montarla. Cuando estuvo, aparecieron un par de años de poca cosecha, y entonces no sabían que hacer con esa estructura recién montada. Poco a poco aumentó la producción, entre otras cosas porque las uvas de Albariño son las más caras del país, y se fueron estabilizando, hasta llegar al buen nivel en que están ahora.
Hacían y hacen vinos frescos, jóvenes blancos del año; pero con una confianza ciega en su variedad, querían ir a más, y empezaron a probar de todo. Darle barrica al vino era maderizarlo y quitarle buena parte de sus atributos. Se desechó en gran medida. Se probó entonces a simplemente fermentarlo en barrica y mejoró, pero había que ser muy cuidadoso y sutil. La batalla era conseguir vinos que duraran, que evolucionaran bien en botella. Uvas de viñedos viejos, con grado y fuerza, era una solución, aunque no del todo; y fue entonces cuando se inventaron la crianza entre lías. Fueron Marisol Bueno y su inseparable Ana Quintela las que arrancaron con la nueva fórmula en el año 95. Escogieron sus mejores viñedos, y tras la fermentación dejaron el vino en contacto con los deshechos de esa fermentación, es decir las lías durante 14 meses. Dejaron pasar el tiempo, aunque con catas periódicas, y por fin llegó el triunfo. Grasa, volumen en boca, expresividad, consistencia, una evolución perfecta en botella. Nació Pazo de Señorans Selección de Añada 95, hermano mayor de ese 99 que hizo saltar las exclamaciones de los críticos de la cata vertical, y que habrá que ver los años que sigue creciendo porque está en plena forma. Año tras año Selección de Añada se ha consolidado como uno de los mejores vinos blancos de toda España. Representa el 15% de los vinos bajo marca Pazo de Señorans.
El Pazo de Señorans se ha ampliado, y tiene unas instalaciones preciosas y unos jardines junto a los viñedos que hacen que numerosas parejas lo elijan como lugar para celebrar sus bodas. Un marco soberbio y el mejor vino posible. Practican el enoturismo con un estupendo hotel, dentro del Pazo. En el 2000 se inauguró la nueva bodega que acoge las uvas de sus ya 14 hectáreas, más las que compran a sus abastecedores de toda la vida. Apoyada en su equipo, y con la ayuda de su hija Vicky, metida de lleno en las faenas del vino, en la bodega se sigue innovando, y han puesto en marcha el Sol de Señorans, al que le han dado seis meses de barrica de 500 litros, con sus lías, y luego 18 meses en botellero reposando. Otro éxito de la casa. Así que es normal que cuando se trata de la denominación de origen Rías Baixas o de sus innovaciones enológicas, y habla Marisol Bueno, todo el mundo calla y escucha, no en balde quien se explica es la Dama del Albariño.
