Situada al sudeste de la provincia de Zaragoza (Aragón) y limitando al este con la DO Calatayud es la denominación más antigua de Aragón y una de las históricas del país. La zona de producción integra 14 municipios del valle del Ebro, enmarcados por los ríos Huerva y Jalón, y cuenta con una superficie de viñedo de unas 16.000 hectáreas. Más de 2000 viticultores se ocupan de las viñas, que suponen el principal soporte económico de la comarca.
La implantación del viñedo en la zona de Cariñena es muy antigua, los fenicios importaron las primeras viníferas desde las costas mediterráneas; en el siglo III a.C. los habitantes de la villa Celtíbera de Carae, actualmente Cariñena, ya bebían vino mezclado con miel y, siglos mas tarde, para el XVII de nuestra era, ya existía un estatuto de la vid (1696).
El viñedo se asienta a una altitud de entre 400 y 800 metros en las estribaciones de la sierra de Algairén, sobre un suelo ondulado, ocre y pedregoso, pardo-calizo, permeable y pobre en materia orgánica.
El clima es continental, con veranos calurosos e inviernos fríos, escasa pluviometría y 2800 horas de sol al año. La influencia del cierzo, que contribuye a la sequedad del medio ambiente, es muy notable.
Las variedades autorizadas en la zona son las tintas garnacha, mazuelo, tempranillo, monastrell, cabernet Sauvignon, merlot y syrah, y las blancas macabeo, garnacha blanca, parellada, chardonnay y moscatel de Alejandría.
La mejora de las técnicas de cultivo y vendimia, la introducción de nuevas variedades y la actualización enológica han dado lugar a proyectos de cierta envergadura que empiezan a ofrecer una cara renovada de la zona y con gran potencial.
Los nuevos tintos destacan por su carácter frutal, carnosidad y elegancia del roble, e intentan equilibrar al máximo su alto contenido alcohólico.